A escasos cien metros de plaza Catalunya encontramos la calle "de les Moles". Ya en el siglo XIV, la calle tomó el nombre actual "de les Moles" porque era en este lugar, al pie de la muralla, donde había una veintena de moleros y las muelas que obraban con la piedra de Montjuïc, aún hoy consideradas como las mejores lo cual hace que sean muy apreciadas en el ramo de la molinería.Una calle que disfrutó de un gran comercio, y que gracias a establecimientos como el restaurante Lluis de les Moles sigue conservando su encanto. Un restaurante minimalista decorado en tonos claros y con las viejas paredes a la vista, es el marco ideal para disfrutar de una cocina de autor elaborada por un gran equipo de profesionales.